INSPECCIÓN Y PALPACIÓN TORÁCICA
Actividad 3.
Inspección
Toda buena valoración torácica empieza por la inspección, es decir, la observación detallada de la zona torácica, seguida de la palpación y las pruebas musculares, funciones o especiales, según sea el interés que tengamos o algún signo de alarma que se haya descubierto en la anamnesis o en la inspección y palpación.
Para poder realizar la inspección de la mejor forma le pediremos al paciente que se descubra la parte de arriba hasta la cadera o que tenga la menor ropa posible en la zona a inspeccionar. Como tal no hay un orden exacto para realizar esta parte, pero podemos empezar identificando el tipo de tórax del paciente. El tórax normal tiende a ser simétrico en forma y volumen, algunos cambios en su morfología suelen presentarse por la edad o sexo de la persona.
Es posible que el paciente presente diferencia en el tórax que lo excluye de uno normal. Algunas variaciones de la forma del tórax a tomar en considerar son: tórax en tonel, excavatum o carinatum, estos últimos tres pueden lucir de la siguiente forma. Es necesario identificar dicha forma debido a que estas traen consigo un sinfín de alteraciones fisiológicas en la vida del paciente que deberán tenerse en cuenta.
Una vez identificado el tipo de tórax, se observará tanto la parte anterior como la posterior del tórax comprobando la integridad de la piel de la zona. Se buscará cualquier cambio de coloración o forma de la piel, es importante también observar si existe la presencia de alguna cicatriz o tumefacción en el tórax. Un ejemplo de una posible cicatriz que se puede encontrar en el tórax es la de una operación de corazón. Hay que observar igual si existe alguna alteración observable en la forma o el tamaño de los tejidos blandos que se encuentran en el tórax, un claro ejemplo que puede ser probable es la disquinesia escapular.
Palpación
La palpación se divide en dos partes, la primera parte consiste en la palpación de tejidos óseos; se puede empezar palpando el esternón y las articulaciones esternocostales, para después subir de nuevo al manubrio del esternón y palpar la clavícula sin omitir las articulaciones esternoclaviculares. Al seguir palpando la clavícula también es importante palpar las articulaciones acromioclavicular notando cualquier anomalía o asimetría en forma de estos tejidos óseos o algún molestar que refiera el paciente.
En lo que a la zona posterior respecta, hay que palpar los bordes y ángulos de la escapula comparando su simetría, posteriormente se palparan las vertebras desde C7 hasta T12 junto con las articulaciones costovertebrales observando si hay alguna asimetría, anomalía o dolor.
La segunda parte implica la palpación de tejidos blandos, en este caso los músculos de la inspiración y espiración. Empezando con los músculos accesorio de la inspiración; el esternocleidomastoideo se puede palpar desde su inserción en el esternón o pedir al paciente que gire su cabeza y palparlo de esa forma, justo debajo y un poco a posterior al esternocleidomastoideo se encuentran los escalenos. Por ultimo, el pectoral menor se puede palpar haciendo que el paciente realice una aducción de hombro, esto nos permitirá sentir el pectoral mayor y justo arriba se encontrará el pectoral menor, para cerciorarse que sea el músculo correcto se le puede pedir al paciente que inhale de forma exagerada.
El siguiente músculo a palpar es el recto abdominal, se coloca la mano en la zona abdominal y se le pide paciente que saque todo el aire de forma rápida y en una sola espiración. De forma lateral al recto abdominal podemos palpar de igual forma a los oblicuos externos. Por último, palpamos el diafragma, para palpar este músculo vamos a ubicar el final del esternón o por debajo de las costillas, primero se pide al paciente que expulse todo el aire para que se pueda palparlo cuando inhala, se sentirá como empuja las manos.
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